500g de espinacas frescas o congeladas – 3 ó 4 cucharaditas de gomasio – 3 cucharadas de salsa de soja – 1 cucharada de sirope de agave ó azúcar – aceite de girasol
Si la espinaca es congelada, cocerla brevemente y escurrirla muy bien en agua sin sal. Si es fresca, saltearla con el aceite hasta que esté hecha.
En un cuenco, mezclar la salsa de soja, el azúcar o el edulcorante y el gomasio (tener en cuenta que el gomasio es salado, y la salsa de soja, también). Verter por encima de las espinacas calientes y mezclar bien. Decorar con unas semillas de sésamo (en la foto, se me olvidó, je, je).
Se puede servir tanto caliente como frío
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El gomasio es una mezcla de semillas de sésamo tostadas y sal, molidas, que se emplea como condimento en la cocina japonesa. Se puede encontrar fácilmente en cualquier buena herboristería o tienda de alimentación natural.
Si no disponéis de él, podéis tostar en una sartén seca, a fuego lento, 3 cucharadas de semillas de sésamo. Cuando estén doradas, molerlas en un mortero, mejor si es de mano de piedra, porque será más fácil, con una cucharadita rasa de sal fina. Y ya tenéis gomasio, je, je…
Este es un plato semidulce; la cocina japonesa emplea en general mucho azúcar. Lo suelo sustituir por sirope de agave o de arce. Si os gusta el azúcar, debéis emplear azúcar blanco.
Creo que no me atrevo con esta receta 😦
Tiene gustos demasiado raros para mi… 🙂