Ingredientes
Masa para pizza – salsa pizzaiola – 8 tomates cherry – 50g de queso Picón – 100g de mozzarella – orégano seco – aceite de oliva virgen extra – sal
Estiramos la masa, con la ayuda de sémola de trigo, hasta darle forma redonda y un diámetro de unos 30 centímetros. Cubrimos con la salsa pizzaiola, con la ayuda de un cucharón, extendiéndola desde el centro en espiral, y dejando un par de centímetros libres hasta el borde. Espolvoreamos un poco de orégano seco por encima.
Cortamos los tomates a la mitad, y disponemos por toda la superficie. Salamos ligeramente y les ponemos una gota de aceite por encima. Añadimos el queso picón en trozos, y la mozzarella, en los huecos libres.
Horneamos sobre una piedra refractaria colocada en posición media del horno, y calentada 15 minutos, a 200ºC, sólo con la placa inferior, durante unos 8 minutos, hasta que los bordes comiencen a dorarse. Aliñamos con un poco de aceite de oliva crudo, y servimos inmediatamente.
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Una pizza muy sabrosa, en la que el tomate suaviza el sabor más intenso del queso Picón. Recomiendo emplear la variedad menos curada, de sabor mucho más suave; si usamos un queso madurado, la cantidad debería ser menos de la mitad, ya que es muy fuerte y picante.
Podemos emplear cualquier otro queso azul, el de vuestra zona o el que más os guste. Si no tenemos tomates cherry, podemos usar rodajas finas de tomate. No quedará tan bonita, pero sí igual de sabrosa.
¡Que buena está la pizza casera! a mi me gusta así de sencilla, con tomate y queso.
A mí me gustan simples: rara vez pongo más de dos ingredientes en la cobertura, y muchas veces tan sólo uno 😀