Ingredientes
1 base de pizza – salsa pizzaiola – mozzarella – rúcula – aceite de oliva virgen extra – sal
Estiramos la masa hasta dejarla fina, y extendemos por encima una capa de salsa pizzaiola. Cubrimos con el queso rallado grueso.
Introducimos en el horno previamente calentado a 250ºC con placa inferior sin aire, y si es posible con una piedra refractaria, y cocinamos durante 7-10 minutos hasta que la masa esté hecha y dorada.
Al sacarla del horno ponemos por encima un buen puñado de rúcula fresca, y aliñamos con aceite de oliva en crudo. Servimos inmediatamente.
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La rúcula es una hoja deliciosa, con un sabor intenso y amargo. En esta pizza es la protagonista, aportando su sabor peculiar y frescor.
Debemos añadirla al salir del horno, ya que como cualquier hoja verde, se arruinaría si la horneamos. Debemos ser rápidos: es importante que llegue a la mesa fresca y entera, ya que si esperamos mucho tiempo para servirla se bajará.
La sencillez es el secreto del éxito y tu lo has logrado con esta pedazo de pizza, ¡que cosa mas buena! Saludos.
Completamente de acuerdo en lo del secreto del éxito. Gracias por el resto 😉
Un abrazo