Un marisco sabroso, económico y con gran rendimiento
Ingredientes
Un buey de mar entre 800g y 1500g – sal – laurel
Llenamos olla lo suficientemente grande con agua con sal, en cantidad suficiente de agua para cubrir toda la pieza y en proporción de 50g de sal por litro de agua, añadimos unas hojas del laurel, tapamos y calentamos a fuego vivo hasta que el agua rompa a hervir. Como norma general, si el marisco está vivo está vivo, debemos introducirlo en agua fría, y si está muerto, en agua hirviendo. De todas formas, si está vivo es mejor, en un recipiente aparte, cubrirlo con agua tibia dulce hasta que muera, ya que de esta manera no se separarán las patas.
Con el agua ya hirviendo, introducimos el buey de mar con las patas hacia arriba, ayudándonos con una espumadera grande. A partir de ese momento, bajamos el fuego para que cueza suave y contamos 18 minutos para una pieza de unos 800g y unos 20-22 minutos para piezas más grandes. Retiramos del fuego con una espumadera y dejamos enfriar.
Retiramos las patas y las pinzas, que golpeamos para romper. Abrimos el caparazón presionando en la zona de la boca y retiramos el cuerpo, del que eliminamos las telas grisáceas y cortamos en cuatro partes. Eliminamos la boca y las partes duras, así como las telas interiores, y mezclamos el interior con los corales. Servimos todo en una fuente, tibio o frío.
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Un marisco económico, con un gran rendimiento y que suele salir casi siempre lleno. Se puede encontrar ya cocido y congelado, pero nada tiene que ver en sabor y además, recién cocido es mucho más fácil de preparar y comer.
No me gusta añadir demasiada sal en la cocción de los mariscos. A pesar de que la proporción más común es de 60-70g de sal por litro de agua, yo la reduzco un poco. Además, no me gusta refrigerarlo, ya que estropea su textura y sabor. Al gusto de cada uno servirlo caliente o frío, a mí personalmente me gusta templado tirando a frío, lo que significa cocerlo entre 60 y 90 minutos de antelación, dependiendo del tamaño.