Un sencillo plato de wok que respeta el sabor de la carne
Ingredientes
400g de lomo de ciervo – 1 cebolla roja – 1 cebolla blanca – 3 dientes de ajo – 3cm de jengibre fresco – 2 zanahorias – 2 calabacines – 1 pimiento rojo – 400g de champiñones Portobello – perejil fresco picado – salsa de soja – aceite de oliva virgen extra – pimienta negra – sal – quinua cocida para acompañar
Cortamos la carne en tiras, salpimentamos y salteamos en un wok amplio con un fondo de aceite bien caliente, a fuego vivo, hasta que comience a dorarse. Retiramos y reservamos.
En ese mismo aceite añadimos un majado hecho con el ajo y jengibre, y pasamos un minuto. Incorporamos la cebolla cortada a pluma, el pimiento en tiras y las zanahorias en medias rodajas. Cocinamos todo junto tres minutos a fuego vivo.
Volvemos al wok la carne y ponemos el calabacín cortado con piel y los champiñones en cuatro o seis trozos. Pasamos un minuto, mojamos con un chorro bien generoso de salsa de soja, tapamos y cocinamos tres o cuatro minutos, dando una vuelta de vez en cuando.
Cuando esté listo, añadimos el perejil picado y damos una vuelta. En un plato disponemos una cama de quinua cocida y por encima el salteado con un poco de la salsa. Servimos inmediatamente.
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Un sencillo plato de wok con sabores naturales en el que destaca la carne de ciervo, muy baja en grasas y con mucho sabor.
He empleado carne de granja, no de caza, que podéis encontrar ya envasada y perfectamente limpia en algunos supermercados. Es más blanda y tiene un sabor más delicado, sin el bravío de la carne silvestre.
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