1 manojo de berzas – 2 puerros – 1 tallo de apio – 400g de alubias blancas cocidas – 150g de queso rallado (reservar un poco para el gratinado final) – 6 huevos – pimienta negra – aceite de oliva virgen extra – sal
Limpiar las berzas, recortando sólo la hoja y eliminando el tallo, para que tengan un sabor más suave. Cocer en agua hirviendo con sal y un chorro de aceite hasta que estén hechas. Escurrir muy bien, eliminando los excesos de agua, y picar groseramente con un cuchillo.
En una sartén con un fondo de aceite, rehogar el puerro y el apio picados finos, hasta que comiencen a dorarse. Agregar las berzas y las alubias cocidas, y saltear todo junto unos minutos. Mezclar con los huevos, que tendremos, en un cuenco, previamente batidos y salpimentados, y con el queso.
Aceitar una sartén apta para horno, o un molde, y verter el contenido. Espolvorear con un poco de queso rallado por encima y cocer a 180ºC durante unos 20-25 minutos. Servir tibia, acompañada de una ensalada.
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Las alubias blancas y las berzas siempre han sido una combinación perfecta. En este caso, las he empleado para una frittata, con lo que ganan en jugosidad, y les he añadido un poco de puerro y apio para aumentar el aroma.
El resultado ha sido estupendo. Observaréis que era un pastel bastante compacto, con poco huevo para la cantidad de verdura, el justo para ligarla un poco. No pretendía hacer una tortilla, sino que mantuviese la consistencia. A vuestro criterio el emplear más huevo, con lo que también se diluiría un poco más el potente sabor de la berza.
Para los pasteles, suelo eliminar el tallo de las berzas, ya que tiene un sabor muy intenso. Con las hojas solas, quedará más suave. Como siempre, según vuestras preferencias.
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