Ingredientes
2.500g de mirabeles do Rosal – 1 kg de azúcar – 750g de agua – 5g de pectina de manzana
Lavar los mirabeles, y quitarles el hueso, dejándolos lo más enteros posibles. Mientras tanto, en una olla mezclar el azúcar con la pectina, removiendo bien, añadir el agua y llevar a ebullición.
Cocer el almíbar hasta que alcance los 103ºC (27º Baume en frío ó 25º Baume en caliente). En cuanto el almíbar esté listo, añadimos los mirabeles y los cocemos durante dos minutos. Los retiramos con una espumadera y los dejamos enfriar.
Los disponemos lo más apretados posible en botes de cristal, que previamente habremos lavado concienzudamente y esterilizado en agua hirviendo o en horno de vapor durante 5 minutos a 100ºC. Los cubrimos con el almíbar caliente, llenándolos hasta el borde.
Limpiamos los bordes con papel de cocina y un poco de alcohol, tapamos con firmeza y hervimos durante 15 minutos, o en horno de vapor a 100ºC. Dejamos enfriar boca abajo unas horas.
Dejar reposar unas semanas antes de consumir.
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El mirabel es una fruta pequeña, de un par de centímetros de diámetro, procedente de la Selva negra, y que se adaptó perfectamente a la zona del Rosal, en el sur de la provincia de Pontevedra. Este año, los productores se han agrupado para venderlo en dos de las grandes distribuidoras de alimentación de Galicia, siendo estos además de producción ecológica, tal y como informaba hace unos días Miguel Vila «Colineta».
Tiene un sabor delicioso, parecido a la ciruela amarilla, muy dulce y aromático. Es muy estacional, y se produce tan sólo unas pocas semanas al año, durante los meses de Julio y Agosto, por lo que la comercialización es básicamente local. Por ello, se suele recurrir con frecuencia a la elaboración de conservas y deliciosas mermeladas para poder disfrutar de ellos todo el año.
Hoy los presento en almíbar ligero, que he espesado un poco con la adición de pectina, que puede eliminarse si no disponéis de ella. También podéis añadir al hervir el almíbar unas pieles de manzana, para liberar pectina y obtener el mismo efecto.
Cometí un pequeño error, que fue no apretarlos demasiado al llenar el bote, y hubieran cabido muchos más, ya que se reducen un poco al cocer. De cualquier manera, el almíbar se antoja delicioso para emborrachar bizcochos 😉
Con las cantidades que os indico, he obtenido ocho botes de 500ml de capacidad. Agraceder, asimismo, a Javi Oubiña sus consejos técnicos.
Esta receta será mi primera contribución al evento gastronómico HEMC# 35 que tiene como tema del mes las conservas caseras.
que ricos esos mirablees!!! mmm.. riquisismos!!
También en crudo están buenísimos… si tienes oportunidad, pruébalos.
Hola señor Delokos.
Primero, el cambio del sitio, estupendo.
Y segundo: los mirabeles (que no sabía lo que eran, y ya lo sé) te han quedado tan presentables como seguro que ricos han de estar.
Por aquí tenemos unas ciruelitas pequeñas, de sabor más fino que las amarillas, pero de forma un poco ovalada, no sé si tienen algo que ver; por acá lasd llaman «corachas» la gente de campo, y cuando salgo a dar un paseo, me las como a puñados…
Encantado de volver a tener noticias tuyas. Yo ando un poco retirado, sólo seguimos un poco con lo de la cocina y algo con Trazando Caminos.
Un abrazo y buen provecho.
Hola, Señor Secretario 🙂
Pues a hacer algo con esas «corachas», una mermelada o una conserva… seguro que están buenas.
Me alegro que te guste el cambio
Hola, tengo una duda. El mirabel, ¿es un quinoto? ¿un damasco?
De todos modos valdría la pena intentar tu receta con otras frutas si no consigo los mirables. 😉
Hola, no, no es ninguna de esas frutas.
Es una especie de ciruela, muy pequeña… en Europa, que yo sepa, se producen en Galicia y en Francia. Aún así, la receta se podría emplear para más frutas, siempre que quieras conservarlas en un almíbar ligero.
Ha quedado muy muy bonito y, sobre todo, muy práctico de consultar.
¡Enhorabuena! (No quiero ni imaginar el trabajo que te ha costado)
Creo que sí, que ha quedado más práctico… el trabajo, un poco, no demasiado, pero ha merecido la pena. Aún quedan por actualizar mucahs fotos y entradas, pero todo se andará.
¡Qué fruta más curiosa! No la conocía, y me dan ganas de probarla con esa buena pinta. Es una pena que no se pueda conseguir en más sitios. Bueno, estaré alerta por si voy a Galicia o Francia.